de Germán Rojas
A Palestina
Bajo este cielo gris de bombas,
hoy censuro mis silencios
mi obstinada mudez
mi vasija vacía de años.
Alzo mi voz
con rugiente esperanza,
a fin de redimir
mi pecado de memoria.
Invoco la serenidad
del dulce almíbar,
la paz centenaria del agua
que purifica con música y frescor
los jardines de La Alhambra.
Exijo paz para gritar más fuerte.
Imploro a mis ancestros andaluces
que vengan en mi ayuda,
que amplifiquen mi grito,
mi llanto, mi dolor vociferante.
Para que mi voz,
sumada a la de miles,
pulverice los nubarrones grises,
aleje el hedor de muerte,
de pólvora, de sueños derrumbados.
Y así, haga surgir,
tras el fulgor infinito del cielo,
un jardín florido
un manto de azucenas
un coro de sonrisas
de niñas y niños pequeños,
a quienes bendiga eternamente
la generosidad de un dios bueno
y la tierra que fue siempre suya.
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Referencias:
Fotografía en Pixbay de Hosny Salah
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