Pinocchio
- Admin
- 12 ago 2021
- 1 Min. de lectura
Juan Eduardo Esquivel

Me arrepiento de Pinocchio con arrepentimiento
editorial. No quise nacer en la carpintería de Collodi,
entre tablas y herramientas,
aunque pudo ser peor en un establo
o en una micro Matadero-Palma.
Tampoco quise ser marioneta ventrílocua,
ni quería que me creciera la nariz de palo:
yo mentía cuando me mojaba con la lluvia
para que se me secaran los zapatos. Eso fue
algo francamente diluvial.
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